Los gatos y los perros son animales que forman parte de la familia y como miembros tenemos que procurar que tengan una vida tan feliz y cómoda como la nuestra. ¡Les tenemos que dar una buena alimentación, una casa donde vivir, atención veterinaria y... sí, lo has acertado, afecto, muuuucho afecto!!! ¡Seguro que, si tienes un perro, sabes que cuando llegas a casa se vuelve loco de contento y no para de dar saltitos demostrando la alegría que siente cuando te ve! Es un buen amigo, ¿verdad?
Los gatos son de la misma familia que los otros felinos. ¡Si tienes un gato en la familia, puedes pensar que tienes un tigre pequeño en casa, o un leoncito! Hace más de 9.000 años que viven entre los seres humanos. A lo largo de la historia han sido adorados y perseguidos hasta la muerte. Hoy en día los gatos tienen tantas personas admiradoras como detractoras.
En el Antiguo Egipto eran animales sagrados porque se pensaba que protegían la casa y cuidaban de las tierras. Los gatos son aquellos compañeros silenciosos, que descansan a tu lado cuando estudias, lees, o simplemente duermes. Parece que no estén, pero están, te acompañan y observan con atención todo aquello que haces, sin cuestionarte nada, simplemente están contigo. Son unos animales muy especiales, no conseguirás que hagan lo que tú quieras, porque ellos son así, independientes, con criterio propio. Te ayudarán a cultivar la paciencia y la observación, y te aportarán tranquilidad y armonía y toneladas de amor. Tú eres especial, y ellos lo saben.
A los gatos les gusta mucho trepar por los árboles y si no tienen, lo hacen por las cortinas y las estanterías. Les apasiona saltar. Saltan desde los lugares en los que se han subido, saltan a los pies de la gente cuando anda y saltan intentando cazar los juguetes. Pero también les gusta mucho descansar tranquilos y dormir en lugares escondidos. Les encanta tomar el sol, y pasan mucho de tiempo acicalándose. Son animales territoriales a los que no les gustan los cambios y prefieren quedarse en casa, si alguien los cuida, cuando su familia marcha unos días.
Una casa con gatos es una casa llena de magia.
Quién ha crecido en compañía de un perro sabe que un perro es el mejor compañero de aventuras que jamás se podrá tener. Te sigue por los territorios más peligrosos y difíciles sin protestar porque esté cansado, tenga hambre o tenga sed. Te defenderá de cualquier ataque enemigo poniendo su vida en peligro sin dudar, y te calentará con su cuerpo si se ha hecho de noche y estás perdido en la montaña. Sí, un perro es así, fiel hasta morir.
A los perros les gusta mucho estar acompañados, tienen un sentimiento muy fuerte de ser parte del grupo. Por eso, a veces hay perros que lloran mucho cuando los dejamos solos en casa o cuando los encerramos en terrazas o jardines sin ninguna compañía de otro animal o ser humano.
Un perro es un amigo para siempre jamás, y los amigos no se compran, eso todas lo sabemos. Si tu familia y tú habéis decidido incorporar a un perro a vuestro círculo, la mejor opción es adoptar uno de un refugio de animales. Te estará agradecido de por vida, y permitirás que la protectora en la que lo has adoptado, tenga lugar para otro perro abandonado, porque ¿sabes? Todavía hay mucha gente que abandona sus animales.
Desgraciadamente, no todo el mundo trata a los animales de familia con el respeto y las atenciones que merecen y necesitan. Muchas personas tienen perros en situación de maltrato, atados con cadenas, encerrados en balcones, sin una alimentación adecuada, sin pasearlos cada día, ni atención veterinaria cuando están enfermos, y los abandonan en la calle cuando se han cansado.
En muchas poblaciones y ciudades hay gatos que han sido abandonados en la calle, y algunos, los más fuertes, han podido sobrevivir gracias a que alguna persona cuida de ellos y los alimenta. Cuando hay un grupo de gatos en una misma zona se dice que forman una colonia. Esta colonia necesita personas que los cuiden, que velen porque tengan una buena vida y que los esterilicen a todos para que no críen en la calle, pues el número de gatos aumentaría sin control. Los ayuntamientos son los que se tienen que encargar económicamente de los gatos de las colonias y de protegerlos, esterilizándolos y pagando la comida, pero no todos los ayuntamientos lo hacen.
Una de las razones por la cual hay tantos gatos y perros abandonados o malviviendo por las calles es que algunas personas hacen criar a sus gatas y perras y después no saben qué hacer con las camadas. Por eso es imprescindible esterilizarlos. Ver vídeo "Esterilizar tu animal salva vidas"
Otras veces, la gente los abandona porque ya no son tan juguetones, han crecido, o arañan y mordisquean los muebles, o se cansan de cuidar de ellos o… siempre encuentran mil excusas. Ver vídeo "Un día, un perro"
Pero también hay personas que los rescatan de las calles y los acogen cuando son abandonados y les buscan familias como la tuya que los quieran y los cuiden para siempre.
Muchos de los perros y gatos rescatados viven en refugios de animales. Los refugios o protectoras están formados por personas que se han organizado para ayudar a los perros y gatos abandonados o maltratados. En muchas poblaciones hay. Tienen pocos recursos económicos y humanos, cuentan con algunas socias y socios que colaboran aportando dinero y con este pueden comprar comida y llevarlos al veterinario si están enfermos, pero siempre necesitan ayuda.
Todos los individuos, sin importar la especie a la que pertenecemos, tenemos un impacto sobre el medio ambiente.
Para no perjudicar el medio ambiente con la eliminación de cacas y pipís de los gatos y las gatas, las mejores arenas son las de origen vegetal a base de trigo, maíz, mazorcas molidas, pellets de alfalfa y pellets de periódicos reciclados. Incluso se pueden utilizar serrines libres de químicos.
La recogida de las cacas de los perros y las perras en la calle es mejor hacerla con papel de periódico o bolsas de papel que no con bolsa de plástico, puesto que supone el gasto diario de toneladas de plástico que no se podrán reciclar. Y cuando no se recogen las cacas en las ciudades y en los pueblos, acaban siendo un problema ambiental y de salud por la acumulación de sustancias contaminantes.
Cuando hacemos criar a una perra o a una gata, cosa que está prohibida en Cataluña y en otras comunidades autónomas, o pensamos en comprarlo, tenemos que considerar, entre otras cosas, que también tiene un impacto ambiental. Siempre es mucho mejor, más ético y sostenible, adoptar uno que ya haya nacido que fomentar la cría y la compra.